Aquéllos extranjeros del 8.

Un día llegaron esos extranjeros, creo que, esta vez, sólo son tres, no creemos que les falte nada, son felices, pero solo son tres.
A veces oímos que los niños cantan acompañados de una guitarra, a veces los vemos entrar con papeles y pinturas, plastilina y esas cosas. Muchas ocasiones suben las escaleras con ojos puestos en un libro. Siempre nos saludan con una sonrisa.
Se parecen a su padre, es un profesor, parece francés, al menos lo habla.
Los niños tienen ojos grandes y la niña es muy bonita, el tiene chinitos.
No sabemos bien de donde vienen, pero es seguro que no son de aquí, esos nuevos parecen experimentar nuevas cosas aquí.
Este es el diario de nuestra crisis, el testigo de nuestra evolución personal.

sábado, 6 de febrero de 2010


Y así sigo esperando...



Esperando...



Los puntos suspensivos son mis mejores amigos...



Lo puntos de la I mis mejores confidentes...



Los puntos de mi cuerpo..



Mis lunares...



Se mantienen...



Hasta el fin...



CONMIGO
Supongo que este es un nuevo inicio, como diría Sabines, estamos a punto de exponer todo nuestro ser, de que estas palabras tan nuestras se vuelvan de todos ustedes, trátenlas con cariño, sean ambles, con ellas, quiéranlas y ódienlas, critíquenlas y agánalas suyas, tírenlas, recíclenlas, compártanlas, pero nunca, nunca las olviden, y recuerden que el único dueño de las palabras es el viento...

Mena**

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