Aquéllos extranjeros del 8.

Un día llegaron esos extranjeros, creo que, esta vez, sólo son tres, no creemos que les falte nada, son felices, pero solo son tres.
A veces oímos que los niños cantan acompañados de una guitarra, a veces los vemos entrar con papeles y pinturas, plastilina y esas cosas. Muchas ocasiones suben las escaleras con ojos puestos en un libro. Siempre nos saludan con una sonrisa.
Se parecen a su padre, es un profesor, parece francés, al menos lo habla.
Los niños tienen ojos grandes y la niña es muy bonita, el tiene chinitos.
No sabemos bien de donde vienen, pero es seguro que no son de aquí, esos nuevos parecen experimentar nuevas cosas aquí.
Este es el diario de nuestra crisis, el testigo de nuestra evolución personal.

viernes, 14 de enero de 2011

Algunos ratones locos...

Algunos ratones locos andan por mi cabeza, esperando y trabajando hasta que se oscurezca, hasta que la envidia en mi mente se desvanezca, y los pasos de mi destino se esclarezcan.


Algunos ratones locos andan entre mi materia gris, hasta en el rincón más ruin de mi cabeza habitan estas bestias. Mordiendo y comiendo, alimentándose de mis antiguas costumbres y defecando aquellas mañas que me aquejan.
Algunos de estos me hacen recordar lo que no quiero, otros me hacen olvidar lo importante, y al final siempre me arruinan el día.
Algunos ratones locos andan trabajando en mis pensamientos enmarañados y en mis preocupaciones no olvidadas.
Algunas veces odio estos ratones en lo más profundo de mi alma, y espero que talvez un día sepan alejarse y dejarme en paz.Por que no hacen lo que quiero que hagan, ni lo que ordeno.
Pero muchas veces, agradezco a estos ratones subconcientes de mi pensar pues es en ellos donde descansa mi identidad y mi forma de ser, mis sueños, aspiraciones, mis talentos y mis defectos, mi inteligencia y muchas veces mi estupidez...
Y es entonces cuando me doy cuenta que en verdad esos no son simples ratones grasientos y enfermos.
Son mis pequeños búhos de la pluma y el lápiz.

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