Como callarnos cuando las palabras no sobraban, o decir cosas cuando los arboles escuchaban.
Como decirte que te extrañe cuando en verdad la lejanía me hacia olvidarte. Como cuando intentamos no besar nuestros labios, no mirar nuestros errores, & tocar por encima de las ropas, las verdades por callar. Quizá los kilómetros nunca sean suficientes, ni las nubes, o los días, tal vez lo que nos falta es la cercanía.
A veces sueño una nueva casualidad, que se desliza por mis manos, y cuando la observo, tan solo me da un poco de aquella esperanza que el tiempo me ha ido arrebatando. Y todo es como papel mojado, frágil, efímero, y cuando no me atrevo a acariciar las palabras por miedo a que se borren, a que te borres.
Como pedirte que vuelvas, quitando polvo y telarañas, que dejes todo reluciente como antes. Como cuando dejábamos los problemas bajo el agua de la bañera, y nos dedicábamos a observarnos ajenos a la realidad.
Quizá un sueño, otro acertijo o los pasatiempos que vienen en la ultima sección del periódico, tengan por respuesta tu nombre.
A veces imagino que un olor conocido despertara mis recuerdos, y le sonrío, y tan solo me devuelve un ojalá. Pero la tierra sigue girando, y mis sueños no paran, así que solo me queda caminar un rato bajo la lluvia hasta que el alba vuelva a aparecer.
Mena**
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